Analogías de Marte en la Tierra[2]
Existen lugares en la Tierra que, gracias a sus propiedades, se consideran escenarios análogos del planeta rojo. Este hecho es importante ya que tiene gran valor científico a la hora de estudiarlos, por ejemplo, para aprender a anticiparse a posibles contratiempos en futuras misiones a Marte. Según el aspecto que mimeticen estos lugares, se diferencian cinco tipos de análogos:
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El análogo químico presenta propiedades químicas similares a las presentes en Marte, por ejemplo, una constante dieléctrica parecida, composición elemental y composición mineral. Este tipo de escenario es útil para testar y calibrar instrumentos como los espectrómetros o incluso alguna técnica para el estudio de la formación del suelo en Marte.

Créditos de imagen: Sian Proctor, University of Hawaii (Manoa)
La isla de Hawaii es un excelente análogo químico debido a su geología volcánica ya que muestra similitud con la roca basáltica encontrada en Marte. En 2014, la NASA comenzó un estudio denominado HI-SEAS Mission 3 donde 6 científicos permanecieron 8 meses viviendo una simulación de lo que podría ser una estancia en Marte.
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El análogo mecánico exhibe propiedades mecánicas del regolito marciano, por ejemplo la capacidad portante del suelo, la resistencia cohesiva o el ángulo de fricción interna. Resulta interesante a la hora de optimizar los rovers (vehículos de exploración espacial) y mejorar aspectos como el aterrizaje de maquinaria en el planeta.

Créditos de imagen: NASA/JPL-Caltech
El desierto de Mojave se usa principalmente como análogo mecánico para probar rovers y otros robots. En 2012, la NASA llevó a cabo test de movilidad en este desierto para prepararse para el aterrizaje del rover Curiosity, que ya estaba de camino a Marte.
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El análogo físico se asemeja en aspectos como la medida de distribución de partículas, la forma de las partículas, su densidad, porosidad, contenido en agua y otras propiedades termofísicas. Estos escenarios permiten evaluar el efecto que podría tener el suelo marciano sobre aspectos como las juntas de los trajes espaciales, bisagras robóticas o máquinas colectoras de muestras del suelo.
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El análogo magnético tiene susceptibilidad y saturación magnéticas parecidas a las de Marte. Son lugares valiosos para testar instrumentos que se pueden alterar por el magnetismo.
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El análogo orgánico es un escenario cuyo contenido en moléculas orgánicas es traza. Sirve para testar instrumentos de detección de estas moléculas de interés biológico y evaluar su sensibilidad y funcionalidad ante pequeñas cantidades de muestra.

Créditos de imagen: Mary Beth Wilhelm, Planetary Systems Branch
El desierto de Atacama funciona como análogo orgánico ya que la materia orgánica en este suelo se encuentra en cantidades traza, como se esperaría encontrar en Marte.
Río Tinto es un análogo especial ya que, a pesar de que sus características físicas y mecánicas no son semejantes a las de Marte, la química inorgánica que se desarrolla en el escenario sí lo es. El ambiente ácido rico en sulfatos sirve como modelo para estudiar la formación de algunos minerales que también se han detectado en Marte como la jarosita. Por esto es un valioso escenario para desarrollar instrumentos basados en el estudio de su mineralogía y aprender a interpretar los datos que se obtengan.